En estos casos va a ser fundamental realizar un diagnóstico correcto, que tenga en cuenta la posibilidad de la comorbilidad. En muchos casos la comorbilidad de TDAH y dislexia ha sido ampliamente identificada (Mc Gee, 1987; Cantwell, 1991).
Si en una persona con TDAH pasa desapercibida la dislexia, el tratamiento con estimulantes será insuficiente y no se abordara un problema básico. Del mismo modo , si en una persona disléxica no se tiene en cuenta su problema de concentración es posible que el trabajo psicopedagógico sobre la dislexia no genere los resultados óptimos.
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